Este sábado ha marcado un punto de inflexión en Canarias con la manifestación multitudinaria contra el actual modelo turístico bajo el lema 'Canarias tiene un límite'. Según datos de la Delegación del Gobierno en Canarias, más de 57,200 personas participaron en las protestas que tuvieron lugar en varias islas, destacando una asistencia particularmente notable en Santa Cruz de Tenerife, donde se congregaron alrededor de 30,000 personas.
Las manifestaciones también se hicieron sentir con fuerza en otras islas. En Las Palmas de Gran Canaria, aproximadamente 14,000 personas salieron a las calles, mientras que en Arrecife, Lanzarote, la cifra alcanzó las 9,000 personas. Puerto del Rosario en Fuerteventura vio una concurrencia de 2,800 manifestantes, San Sebastián de La Gomera tuvo 300, y Valverde en El Hierro contó con 120 asistentes.
El origen de estas protestas puede trazarse hasta una serie de acciones previas, incluyendo una huelga de hambre colectiva e indefinida que comenzó el pasado 11 de abril. Los manifestantes, apoyados por el colectivo 'Menos turismo, más vida', han exigido un cambio en las políticas que priorice el bienestar de la población local en Canarias sobre los intereses del turismo depredador que, según denuncian, ha llevado a un sobreuso de los recursos naturales y ha exacerbado las desigualdades sociales.
Los ecologistas avisan y aplauden a Canarias
Desde Mallorca, el GOB (Grup Balear d'Ornitologia i Defensa de la Naturalesa) ha expresado su solidaridad con los activistas canarios, resaltando que Baleares comparte muchos de los problemas derivados de un modelo turístico similar. Ambas regiones enfrentan desafíos como la escasez de recursos como el agua y la energía, infraestructuras sobredimensionadas respecto a la población residente, y un mercado de la vivienda distorsionado y encarecido por las demandas del turismo.
La crítica no se limita a la situación actual, sino que también se extiende a las políticas recientes del Partido Popular en Baleares, que incluyen el levantamiento de la moratoria turística y modificaciones a leyes cruciales para la protección del medio ambiente y la sostenibilidad. Los ecologistas también han lamentado la defensa del turismo de cruceros por parte del PP, pese a sus conocidos impactos ambientales y sociales.
En respuesta a estos desarrollos, los manifestantes en Canarias y los ecologistas en Baleares han hecho un llamado a la movilización y la acción colectiva para defender lo que describen como la dignidad y la sostenibilidad de sus territorios. La lucha contra un modelo de desarrollo que consideran colonialista, ecocida y racista es vista como una necesidad urgente para preservar tanto la calidad de vida de las comunidades locales como la integridad de sus entornos naturales.
El impacto de estas manifestaciones y la solidaridad entre los activistas de diferentes archipiélagos destacan la creciente preocupación por los límites de la capacidad de carga turística y ambiental de estas regiones insulares. Con Canarias y Baleares en el punto de mira, la protesta de este sábado no solo refleja un malestar local, sino que también resuena como un desafío a la manera en que entendemos y gestionamos el turismo en espacios especialmente vulnerables.
Esta jornada de protesta representa no solo una demanda por cambios inmediatos, sino también una reflexión más profunda sobre el futuro sostenible del turismo en regiones que son tan queridas por su belleza natural como amenazadas por su popularidad.
