La erupción hace crecer a La Palma mientras la lava forma un delta en la bahía de Tazacorte

La colada de lava sigue cayendo hacia el océano desde el acantilado, desde gran altura,  formando un delta, una especie de abanico abierto que se extiende por el fondo marino acabando con cualquier rastro de vida animal o vegetal en esa zona.

Esta llegada de piedras y fuego va ganando terreno al mar, haciendo que la isla crezca en ese punto y esos nuevos terrenos pasan a ser propiedad del Estado de manera inmediata de acuerdo con la legislación vigente.

Esta zona se creará a partir de la solidificación de la lava al contacto con el agua. Al enfriarse, la roca se rompe como consecuencia de la diferencia de temperatura de la lava (superior a los 1000 grados) y del océano (que tiene alrededor de 20 grados centígrados) de manera que los fragmentos se van depositando sobre el lecho marino y forman una superficie no uniforme. De momento no se ha podido valorar el terreno ganado al mar que, con toda seguridad, será muy superior en los próximos días.

El buque oceanográfico ‘Ramón Margalef’ inició a primera hora de esta mañana el estudio de la zona tras conseguir en días pasados, en un tiempo récord, contar con la batimetría de los fondos marinos en este sector de La Palma, aspecto fundamental para evaluar los cambios que el volcán provocará en la configuración y en la vida marina de esta bahía de Tazacorte.

Las autoridades insisten en que el efecto dañino provocado por el contacto de la lava con el mar se mantiene y recuerdan la obligación de que las personas confinadas de cuatro barrios de Tazacorte sigan  en sus casas, sin salir bajo ningún concepto, para evitar los daños que la nube tóxica provocaría sobre la salud de las personas.

Es importante destacar que el Cabildo de La Palma ha emitido un comunicado señalando que se está evaluando de manera continua la calidad del aire de la isla y que hasta el momento los resultados son óptimos, por lo que señala que la emisión de la nube tóxica se está diluyendo con rapidez. A pesar de ello insiste en que los confinados sí corren peligro real por la cercanía con esas emanaciones y les recuerda la necesidad de mantenerse en sus viviendas.

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