El Colegio Oficial de Psicología de Santa Cruz de Tenerife reivindica la importancia de incluir protocolos y programas en donde se ofrezca acompañamiento a los familiares afectados por situaciones de aborto y muerte fetal o neonatal, validando así el duelo y haciendo que el proceso sea menos doloroso.
Con motivo de la celebración, mañana, del Día Mundial de Concienciación sobre la Muerte Gestacional, Perinatal y Neonatal, la responsable del área de Psicología Perinatal del Colegio, Verónica Doval, señala que “sufrir la pérdida de un hijo desencadena un cúmulo de emociones desagradables, destacando, principalmente, la tristeza profunda, la rabia, la impotencia, la frustración, la culpa y la vergüenza”.
Añade que, pese a ser emociones válidas y normales en un proceso de duelo, “son difíciles de gestionar sin el apoyo y acompañamiento profesional adecuado, ya que puede dar lugar a una cronificación del duelo e interferir en diferentes aspectos de la vida de quien lo sufre”.
En este sentido, destaca que sus efectos se pueden traducir tanto en una merma de las capacidades como en la alteración de la salud mental y la desestabilización de la psique, lo que puede generar trastornos como ansiedad, depresión o estrés postraumático. A esto, añade, se suma también aislamiento social y dificultades en la relación de pareja y a la hora de conectar con el entorno, el ocio, el trabajo y otras actividades.
La responsable del área Psicología Perinatal del Colegio Oficial de Psicología de Santa Cruz de Tenerife afirma que otro de los inconvenientes que afrontan las personas afectadas es que “el duelo gestacional sigue siendo un tema tabú”.
En esta línea, precisa que el silencio generado en torno a esta situación hace que se considere un tema poco frecuente que pasa desapercibido, pese a que los datos que manejan los expertos sitúan la prevalencia de los abortos espontáneos entre el 10% y el 15% de los embarazos.
Por otro lado, señala que “el silencio, negación e invalidación del duelo no solo implica tener que transitar el duelo por el fallecimiento de un hijo, sino tener que cargarlo en silencio y soledad, haciendo que esto complique aún más la situación a nivel psicológico y emocional”.
Ante esta situación, insiste en la necesidad de concienciar a la población sobre el duelo perinatal y visibilizar una realidad que exige contar con el apoyo profesional necesario.