Yeray, el tinerfeño que encuentra ‘tesoros’ en la basura y que vive de ello

Lo que para unos es basura para otros puede ser un auténtico tesoro que aprovechar y darle uso. Esa es la idea de Yeray González, un tinerfeño que vive de la basura o, mejor dicho, de los objetos de los que algunos se desprenden creyendo que ya no tienen valor. No obstante, el joven de 34 años aclara que buscar objetos no es solo un modo de ganar dinero, también es su principal afición y una forma de mostrar respeto hacia el medioambiente.

Esta afición de Yeray con la compraventa de objetos comenzó a los 15 años, cuando se centraba en intercambiar bicicletas, videojuegos y ropa. A lo largo de los años fue desarrollando ese hobby, llegando a comprar y vender bolígrafos de lujo y coches de alta gama. Fue en 2008, tras perder su trabajo como jardinero y ‘manitas’ debido a la crisis económica, cuando se hizo con un gran almacén de artículos: “Yo repartía publicidad por las casas y la gente me regalaba los muebles y la ropa que ya no querían”.

Tras acumular una gran cantidad de artículos, en 2010 aprovechó el “boom” de páginas como Ebay y Milanuncios para ganar algo de dinero con lo que tenía y comprar un local en La Orotava, donde ha montado su tienda, Gangas González, y así dar trabajo a su hermano. En su local se puede encontrar de todo, da igual de qué época sea el objeto, “desde la primera Game Boy hasta la última PlayStation”.

Entre las ‘joyas’ que Yeray ha encontrado entre basura se encuentran objetos de lo más extraños, como una urna funeraria de la que alguien se deshizo o piedras de oro macizo guardadas entre pañuelos. Algunos de estos hallazgos son compartidos por el propio ‘cazatesoros’ en TikTok, donde algunos de sus vídeos han tenido un millón de visualizaciones y los usuarios le conocen como “el millonario de la basura”.

Aunque está contento con su humilde local de 250 metros cuadrados, el joven ve en los programas La casa de empeños y Maestros de la restauración un ejemplo de que es posible ganar mucho dinero “cuidando” o “dando otra vida” a lo que otros ya no quieren. Estos dos programas se popularizaron en EE.UU. debido a los grandes beneficios que sus protagonistas demuestran que se pueden conseguir mediante la compraventa o la restauración de objetos antiguos.

Para dar con objetos de valor, el tinerfeño asegura que no hace ningún esfuerzo sino que aprovecha los desplazamientos del día a día, como llevar a su hija al colegio, para echar vistazo de lejos. De hecho, en sus últimas vacaciones encontró un minibar de los años 50 valorado en más de 500 euros y no dudó en meterlo en su coche.

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